sábado, 20 de julio de 2024

Curiosidades de la Historia de Colombia

Rafael Nuñez y su cambio ideológico.

Sin duda Rafael Núñez es uno de los políticos que más controversias causó durante gran parte del siglo XIX, este pasó de ser uno de los principales defensores del liberalismo en Colombia a convertirse en el sujeto que puso en funcionamiento la reestructuración del país y en palabras de este la Regeneración de una nación que se enfrentaba al desorden y la anarquía y que consecuentemente terminaría en su desaparición. Junto a Miguel Antonio Caro, Núñez supo moldear un modelo de nación basado en un estado fuerte que logró ejercer una influencia perdurable que hasta finales del siglo XX se hizo sentir en todos los aspectos de la vida nacional. Dentro de los actos importantes a los cuales podemos relacionar Núñez se encuentra la caída del Partido Liberal a finales de la década de 1870 y el ascenso de la coalición nacionalista, la cual estaba conformada por liberales independientes y conservadores Nuñistas. Constantemente en la historiografía colombiana se ha cometido el error de caracterizar a Núñez como un traidor, oportunista, político de coyuntura, etc., no obstante, para entender el accionar político de este personaje es necesario encuadrarlo en todo el proceso de formación nacional encabezado desde 1810 hasta finales del siglo XIX, ya que al ser hijo de una época estuvo rodeado de acontecimientos que lo hicieron obrar una manera particular. En este orden ideas, conviene recordar que con el proceso de formación de la nación y la caída de la hegemonía española el surgimiento de los nuevos estados americanos llevó a que muchos de los pensadores y políticos de esta época reformularan sus pensamientos. Así con la llegada del liberalismo en el plano político, económico, social las ideas constantemente estuvieron en discusión. Es así como político de la talla de Tomás Cipriano Mosquera, Santiago Pérez, José María Samper entre otros, oscilaron  entre el Partido Conservador y el Partido Liberal. Además de esto, el estudio y el conocimiento de nuevas ideas en el territorio europeo llevaron a que muchos de estos personajes se nutrieran de nuevas posturas políticas, el caso de José Eusebio Caro fundador del partido conservador es muy conocido, pues en su juventud defendía ideas del armonismo filosófico, para más adelante en su etapa de madurez hacerlo con el positivismo tanto de corte Comtiano como con algunas ideas del positivismo Spenceriano.
 Rafael Núñez nació en Cartagena un 28 de septiembre de 1825. Poseyó desde joven un profundo interés por la política y por la difusión de sus ideas por medio de la escritura esto es evidente en su obra intelectual donde se nota a grandes rasgos el camino que debía seguir el país para conseguir un desarrollo liberal pleno. Núñez hizo parte de la llamada "Regeneración", proceso político que guío la elaboración de la Constitución colombiana de 1886, en la que se dio una desaparición sistemática de las bases del régimen federal y radical de los Estados Unidos de Colombia, y estableció una Estado centralista, con la religión católica como el credo oficial y con políticas de corte conservador.La vida de Núñez estuvo enmarcada de manera paralela, con la historia del país. En 1840, durante la guerra de los supremos, Núñez, combatió  con el bando liberal y tomó parte en el sitio a Cartagena, defendida, entre otros, por su padre, quien apoyaba la causa legitimista. Cuatro años después su padre se estremecía ante la terrible obligación al dirigir tiros de muerte a sus propios hijos.A fines de 1844, Núñez se gradúa de abogado en la Universidad del Magdalena. En el 45 se vuelve abogado defensor de pobres, posteriormente es nombrado juez interino en Panamá donde conoce a su esposa.Al liberalismo llega gracias al general José Hilarlo López, elegido por el Congreso en tumultuosa sesión del 7 de marzo de 1849. El nuevo gobernador de la provincia de Cartagena José María Obando recién llegado de un largo e injusto destierro, se acerca a Núñez. Al posesionarse, lo nombra secretario general, quien en pocos meses era el principal animador de la Sociedad Democrática de Cartagena y uno de los más densos colaboradores del periódico La Democracia.Núñez volvió al poder en 1884, con un ligero atraso por causas de salud, que los radicales aprovecharon para tratar de malear al encargado de la Presidencia, general Ezequiel Hurtado. Al posesionarse, Núñez nombró ministros de Gobierno sucesivamente a dos amigos radicales y ofreció reformar la desprestigiada Constitución de 1863, de común acuerdo con los Gólgotas, pero aquéllos juzgaron que eso era demasiado bello para ser cierto. Exaltados jóvenes radicales de Santander iniciaron la guerra de 1885. Núñez tomó entonces el único camino que se dejaba abierto a su instinto de supervivencia política: llamó en su apoyo al partido conservador, y con él venció a los radicales en el histórico combate de La Humareda. Ante una enorme multitud Núñez, desde el balcón del palacio, pronunció su famosa frase: "La Constitución de 1863 ya no existe". La fundación del Partido Nacional fue la consecuencia lógica. Núñez convocó de inmediato un reducido Consejo de Delegatarios, integrado por nueve liberales independientes y nueve conservadores, nombrados por los Estados, ante los cuales pronunció el 11 de noviembre de 1885 un célebre discurso. El Consejo de Delegatarios adoptó las bases de la nueva Constitución, que recibieron el respaldo unánime de las municipalidades. La Constitución de 1886 restableció la unidad política de la nación, eliminó las principales causas del desasosiego y del desgobierno y dio comienzo a la normalización de las relaciones con la Iglesia, perfeccionadas después por el Concordato de 1887.A partir de 1892 gobernó Miguel A. Caro en su condición de vicepresidente. El liberalismo independiente disminuyó casi hasta desaparecer, la división conservadora se ahondó gravemente y el enfrentamiento con el radicalismo adquirió características de singular dureza. Cuando Núñez se disponía a ocupar la Presidencia por quinta vez, le sorprendió la muerte en Cartagena, el 18 de septiembre de 1894.

[1] "Rafael Núñez, el regenerador (1825-1894)", artículo de Nicolás del Castillo Mathieu. Publicado en Revista Credencial Historia, N 13.


Su principal tarea fue combatir la cólera que asoló a Cartagena. Cuando renuncia Obando, su sucesor, Pablo de Alcázar, ratifica a Núñez y lo mismo hace el siguiente gobernador, Tomás Herrera.A mediados de 1851, Núñez viaja a Panamá para contraer matrimonio con Dolores Gallego. Su esposa nunca quiso acompañarlo a Bogotá y prefirió siempre quedarse en Cartagena con su suegra, o en Panamá con su familia. Durante 1852 se desempeña como secretario general del nuevo gobernador de Cartagena, Juan José Nieto, quien también lo nombró rector del Colegio Nacional.El Congreso de 1853 iba a tener trascendencia histórica, pues en él se iba a aprobar el proyecto, pasado en primera vuelta en 1851, que reformaría la Constitución centralista de 1843. Núñez renunció a sus posiciones en Cartagena y viajó solo a Bogotá. Su debut político es ruidoso. En sendos artículos combate las ideas federalistas de Florentino González y las mal llamadas socialistas de Manuel Murillo Toro.En 1854 sostiene, como vocero de una Cámara liberal, la poco conocida polémica con Julio Arboleda, presidente de un Senado conservador: “Presentó en la Cámara un importante proyecto de ley de reforma monetaria, otro que declaró franco el puerto de Cartagena y un tercero sobre naturalización de extranjeros.”[1] Todo ello le vale ser elegido presidente de la Cámara, donde predominan los Gólgotas. Se produce entonces el golpe de Estado del general José María Melo. Núñez debió exiliarse en compañía del designado Tomás Herrera y del vicepresidente Obaldía en Estados Unidos. Derrotado Melo por una amplia coalición nacional, es elegido vicepresidente el conservador Manuel María Mallarino, quien, por haber finalizado el período de Obaldía, se posesiona de la Presidencia el 1o. de abril de 1855; nombra un gabinete nacional, del cual es ministro de guerra Rafael Núñez, cuya labor allí es tan interesante que pasaría poco después a ocupar el de Hacienda, donde realiza una tarea de estadista saneando las finanzas nacionales. Fue esta una de las actuaciones que, casi veinte años después, induciría a algunos copartidarios a lanzar su candidatura presidencial en 1875.Núñez asistió a la Convención de Rionegro como representante del Estado de Panamá, y aprovechó el hecho de que su credencial se había puesto en tela de juicio por un cambio de gobierno en ese Estado para renunciar y trasladarse a Nueva York, a mediados de 1863, en donde vivió dos años mientras colaboraba en el periódico español El Continental y en publicaciones como La Opinión, de Bogotá, y El Nacional, de Lima. Sorpresivamente, en mayo de 1865, Núñez es nombrado por Murillo Toro cónsul en Francia.


Entre tanto, continuó como cónsul desde fines de 1869 en Liverpool, escribiendo agudos artículos políticos y sociales. Nombrado secretario de Guerra y Marina, no debió hacerle gracia que se le designara en ese Ministerio carente de importancia, y prefirió esperar ocasión más propicia para volver a la patria, declinando el nombramiento.Entre tanto, un grupo de jóvenes radicales y liberales independientes, cansados del ambiente cada vez más asfixiante que Murillo Toro había impuesto a su gobierno y al de su sucesor Santiago Pérez, lanzó en 1875 la candidatura de Núñez. Rápidamente adquirió amplio respaldo nacional, especialmente entre los jóvenes y entre los liberales del Cauca y de los tres estados de la Costa Atlántica. Pero Murillo Toro y Pérez actuaron con rapidez y sectarismo: desconociendo la voluntad popular, cambiando a través de golpes de estado los gobiernos favorables a Núñez y presionando la opinión de distintas maneras, lograron que el Congreso declarara electo a su candidato Aquileo Parra, en febrero de 1876.